Lo diré directamente: apoyo a Michelle Bachelet en esta
segunda vuelta
Por Manuel Guerrero Antequera
Lo diré directamente: apoyo a
Michelle Bachelet en esta segunda vuelta.
Ya pueden sacar sus cinceles y
esculpir en mi frente la palabra traidor,
y poner mi foto en los anaqueles
del movimiento popular junto al Fanta.
Manuel Guerrero Hijo se ha
entregado, fácilmente, sin que se lo
pidieran, nos ha dado la espalda
ensuciando la memoria de su padre.
Quemen mis escritos en la plaza
pública, machaquen mis manos para no
poder tocar más guitarra junto a
Michelle, borren mi apellido porque no
lo merezco, cancelen mi nombre de
pila, pues mi padre, abuelo y
bisabuelo, todos revolucionarios,
se llamaban Manuel. Quítenme a mis
hijas, porque ya no represento al
hombre nuevo. El tribunal de la
historia ya se ha pronunciado:
"De lo que podemos estar
orgullosos los seguidores del Podemos es que
hemos levantado un programa que
involucra a la mayoría del pueblo
chileno, desgraciadamente muchos
factores han impedido que esto se vea
reflejado en esta reciente
elección, pero sin duda para nosotros se
instaló la idea de soñar con los
pies en la tierra, ya se sembró la
semilla que tarde o temprano
fructificará, porque estamos seguros que
tenemos la razón porque estamos y
seguiremos estando orgullosos de
nuestro pasado y sus luchas,
porque jamás olvidaremos a nuestros héroes.
Y en lo personal estoy seguro que
Manuel jamás estaría en las posiciones
actuales de su hijo, lo que
debemos hacer es para siempre dejar de ser
los tontos útiles para salvar no
se qué. El P.C. levantó una posición de
solicitud que en nada acarrea
agua para su lado pero si la acarrea para
donde están la mayoría de los
pobres y desamparados del país, para
conservar nuestra naturaleza,
para que los viejos se mueran al menos con
2 chauchas más. Insisto nuestros
héroes jamás se entregarían tan fácil
como Manuel Hijo. Ramón Núñez,
DDHH."
Pero, ¿qué sabes de mí y de mi
padre, de nuestras resistencias y luchas
diarias, permanentes? Te tomas
muy a la ligera el derecho a enjuiciar a
otros. Me siento absolutamente
orgulloso de la lucha que ha llevado
adelante el Partido Comunista de
Chile, pues soy parte de esa lucha.
Hablas de mi padre como un héroe
que sería traicionado por su hijo por
llamar a no anular. Probablemente
eso te deje enormemente tranquilo:
debes estar lleno, rodeado de
héroes, de mártires que te inspiran a
enjuiciar a otros. Pero resulta
que para mí no es solo un héroe, sino mi
padre ausente. Estuve preso junto
a él a los seis años; viví mi infancia
en el exilio con él viendo como
saltaba en las noches entre gritos por
la tortura que le aplicaron
defendiendo su organización; pasé meses sin
verlo por sus viajes llamando y
organizando la solidaridad; me despedí
de él en España el 82 cuando
decidió volver al país, a sabiendas que lo
iban a matar; regresé a él en
Santiago y volví a vivir la clandestinidad
junto a él, acompañándolo a la
formación del Movimiento Democrático
Popular y la Agech; lo
secuestraron a tres metros de mi, en mi colegio,
y luego lo vi torturado y
degollado; crecí haciendo denuncias semana a
semana para que hubiera justicia,
cosa que no he parado de hacer hasta
hoy en todos los medios a que
tengo acceso. A los quince años la CNI me
tomó y me dio una golpiza
quebrándome la nariz para que parara las
denuncias...
En fin: ¿Quién eres tú para
evaluarme? ¿Quién eres tú para elevar a mi
padre a calidad de héroe, como si
fuera una figura de bronce, que
pertenece a un museo? ¿Qué vas a
hacer mañana, el próximo año, en diez
años más para que se haga
justicia por mi padre ejecutado? Yo estaré,
como he estado, en todos los
frentes haciendo lo que corresponde hacer,
aún al costo de tener que
soportar condenas superficiales y vulgares
como la que me envías por el
hecho de ejercer mi autonomía de decisión.
¿Crees que el llamado que estoy
haciendo es un juego de niños?
Corresponde a un análisis frío de
la realidad, precisamente porque el
2006 tendremos un mejor escenario
para que no suelten a los pocos
responsables de crímenes de lesa
humanidad condenados, con Bachelet que
con Piñera, pues al menos
podremos ir donde ella para hacerle presente
que se trata de su generación que
se sacrificó por la democracia,
haciendo fuerza para detener la
rebaja de penas y que se avance en la
resolución, con verdad, justicia
y reparación, en todos los casos de
violaciones a los derechos
humanos. Y si lo miras desde un punto de
vista regional, qué distinto es
tener a una presidenta socialista junto
a los demás presidentes
progresistas que ya han surgido en América del
Sur, que dejar que la derecha
pinochetista sume, al poder económico que
ya ostenta, el ejecutivo.
Pero me condenas y resulta que no
sabes nada de mi, y menos de mi padre,
de sus enseñanzas comunistas de
política de alianzas, de juntar fuerzas
y no quedarse jamás al margen, de
sumar y no andar mirándose el ombligo.
Creo que la petición que ha hecho
el Partido Comunista de Chile es
absolutamente justa y correcta. Jamás
me opondría a ella. Trabajé firme
por los candidatos del PODEMOS
como Eduardo Contreras, ejemplo de
coraje, profesionalismo y
tolerancia en el trabajo por los Derechos
Humanos. Y trabajaré firme para
que seamos más los que estemos en la
defensa y promoción de estos
últmos, y no solo los familiares, como me
ha tocado conocer. Creo en la
vocación democrática de una gran
izquierda, en la que quepan
comunistas, socialistas e independientes y
todas las sensibilidades e
imaginarios que existan para mejorar, de
forma concreta, y jamás empeorar
las condiciones del pueblo de Chile.
Creo firmemente en cada una de
las intervenciones que hago en todas
partes. Las seguiré haciendo, sin
ánimo de ser héroe, objetivo que no
aporta en nada, y que jamás ha
debido formar parte de la cultura de
izquierda, sino solo consuelo
para los que para actuar necesitan
destacarse a partir de la
descalificación del otro. Busca mejores
argumentos para sumar a tu
posición, que dedicarte a denostar a los
demás. El Partido Comunista de
Chile y la izquierda históricamente han
sido constructivos; lo demuestra
la posición que ha adoptado en esta
segunda vuelta, que es un
tremendo avance, y que es el camino que hay
que seguir para romper la
exclusión, la victimización. No necesitamos
héroes ni mártires, sino actores
que luchan, desde la pluralidad de
formas de lucha que se pueden
dar. Sumar, no restar: es lo que vi en mi
padre y su generación, y es lo
que no veo en la condena que me envías.
No solo debemos llenarnos de
orgullo al levantar un programa como el
Podemos. Debemos sentir la
urgencia de reflexionar y hacer las cosas de
tal modo que no solo un 7% nos
apoye en esa tarea, y que el candidato
popular no sea el de la
ultraderecha. Aun hay muy poco para sentirse
orgullosos: nos quedan la mayoría
de nuestros compañeros detenidos
desaparecidos, la juventud
popular colmada en el narcotráfico y el
consumo, los trabajadores del
sector servicios hiperexplotados, y un
largo etcétera. La lucha de la
izquierda no es testimonial, debe ser
efectiva, debe lograr hacer que
las cosas se hagan. Busca un mejor
blanco para elegir enemigos
contra los cuales luchar. Se debe soñar,
pero a condición de tomar las medidas
que permitan que esos sueños se
hagan realidad, buscando aliados
aunque sea por un día, como lo enseñó
alguien que inició la primera
revolución de los trabajadores en el
planeta. Pero tal vez eso ya lo
has olvidado, porque estás más
preocupado de mi padre héroe, que
de su hijo luchador que no teme tomar
riesgos, pero que está vivo para
tomarlos por él.
Si has pasado por la represión,
si le conoces la mano a nuestros
enemigos tal como yo se las
conozco y miles de chilenos más, resulta
extraño que un compañero vivo
utilice la memoria de otro compañero
muerto para presionar a su hijo.
Si consideras que estoy equivocado
respecto de la segunda vuelta
podrías haber elegido un mejor camino de
enseñanza política que volverte
mi verdugo, lanzándome el recuerdo de mi
padre muerto en contra, que es lo
que hacían nuestros victimarios. ¿Esa
es la política de derechos
humanos que promueves? ¿Volverte mi
torturador psicológico por que en
esta coyuntura pienso distinto de ti?
Si mi padre, como dices con no sé
qué autoridad, "jamás habría estado en
las posiciones de su hijo",
lo máximo que hubiese hecho es conversar
conmigo, argumentar, mostrarme la
historia del movimiento obrero en
eventos semejantes, me hubiera
entregado algún libro o presentado un
compañero para discutir e
intercambiar ideas, y finalmente me hubiera
dado una palmotada de hombre
sabio, con un "luego verás que tenía
razón", aunque creo que en
este trance me hubiera apoyado. JAMAS me
hubiera atormentado con la
memoria de un muerto por las hordas
fascistas. JAMÁS. Y yo tampoco lo
haría con mi hijo ni con el hijo de
cualquier persona.
Pena, angustia, rabia, impotencia
me da haberte conocido hablando tan
suelto de cuerpo sobre mi padre.
Nuestra izquierda realmente ha de estar
dañada para caer en esto... Sin
embargo, estoy haciendo pública tu
comunicación, para que la mayor
cantidad de gente conozca tu posición.
Yo te ayudaré en tu trabajo
justiciero respecto de este payaso que se
entrega tan fácil, payaso que no
acepta sin embargo que le sigan
poniendo la música para que haga
su función de costumbre. Conmigo a la
derecha sencillamente no, así de
simple. Si puedes, te invito a nombre
de los derechos humanos pegarme
un tiro en la calle por iluso y vendido,
así tal vez reencuentre en otro
espacio y dimensión el abrazo humano y
no de héroe de mi padre que no
termino de extrañar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario