Ya nadie
se acuerda del famoso huesito de la virtú, que pasaba de casa por casa hasta
que ya no tenía nada que soltar para la cazuela. Sorber la médula de los huesos
del osobuco, ese era otro asunto por el que se relamían los bigotes serios
caballeros. Y los huesos de chancho con alguna carnecita y manteca pa los
porotos.
Se de un
amigo mío que ahora, apenas le dan porotos, con cuatro daditos de zapallo y
harta acelga. Y nada más, sin condimento alguno.
Pero lo
que si fue para la risa cuando a mi tía Evarista se le quebró la placa dentaria
por morder un huesito de cordero y se tragó media placa, cuando la vio el
médico le dijo: "señora, usted tiene alguien que se esta riendo por atrás,
porque le veo algunos dientes más alegres que los pillastres que se lucran con
el TranSantiago."
Oiga, sabe,
la olla de los poetas por lo general es bien escuálida, pues como son puro
espíritu y alma, se pasan metido en cuanto recital, lanzamiento de libros,
inauguración del monumento a las manos, ah ¿pero que no sabía? Levantaron una
monumento a las manos moras que dejaron si un centavo a la SECH. Habrá cóctel
elaborado por una frutería, cuando descubran la plasta monumental. El Comité
Central en Pleno asistirá al acto inaugural.
Los
escritores, van a todos los cócteles y paradas. A comer se ha dicho, si no dejan
ni los cuescos de las aceitunas, y se ha fijado que algunos llevan una
estratégica bolsita donde guardan canapés queso y todo lo que se puedan llevar.
Si de
comer se trata, hicieron tantas comilonas las huestes de papá Lacámara que
bueno ahora la casa del escritor huele a basura acumulada, papeles cagados y a
los talleristas les castañetean los dientes de frío. Y como se perdió la
memoria, disco duro, papeles y recibos, nadie sabe nada, pero todos saben a que
bolsillos volaron los pesos, que al próximo billete que ha de emitir la casa de
moneda tendrá la efigie de un tal Gonzalo. A contrataron a un tipo para que
limpiara el local pero este le agregó su hedor inconfundible patas, bolas y
toda la cocina inmunda (Herrera), cocina y casa que brillaba cuando estaban
doña Minita y Fernando.
Y todavía
enviaron una rendición de cuentas más falsa que Judas. Hay que tener cara de
raja y los que hablaban guardan respetuoso silencio. Le están cubriendo las
espaldas a uno que ya está acostumbrado a robar con estilo de los fondos que se
percibe por la Ley de Libro o el Fondart.
Estos de
los huesos da para mucho.
¿Y las
peotisas? Es que ni se lo imaginan mi doña por dios, o mi santo caballero. Un
connotado médico, dio una manifestación pantagruélica en un elegante restaurante
a los escritores de su comuna. Hubo para comer hasta quedar botados. Y un cerro
de huesos, muchos de ellos con carne roja y jugosa.
Dos
conocidas peotas, una de ellas había plagiado completica una trova de Silvio
Rodríguez, y la publicó como de ella. La otra más discreta solo aparecía de vez
en cuando en alguna página literaria del periódico comunal.
Al momento
de las despedidas, ambas con sendas bolsas la llenaron de los huesos y restos
de comida, "restitos para el perro", y quedaba un último hueso, tal
vez el mas carnosos y ambas movieron sus manos como imán para agarrarlo.
Hay
virgencita de los siete mares, nunca vi tan feroz batahola, las dos muy
emperifolladas señoras soltando el más puro y selecto lenguaje de castiza
estirpe de rotos. "Pero weona re cu… lo tomé yo… "y que te creís tú,
yo soy una señora, vos una vaca re … que tenis hijos de vaya a saber
quien"…. "me ai visto c… parada, el rubio ojos azules es del gringo
ese que te llevó a La Rinconada y allí andabai en pelotas como loca"
"Claro
y vos corriste con los calzones en la mano cuando desfilaron los de la escuela
militar, te meabai sola", y eran señoras. Siii muy respetables damas que
siempre aparecían en los diarios.
Para
evitar mayor escándalo, el prudente médico que nos invitó, pidió a dos enormes
mozos que las separaran y las dejaran de patitas en la calle.
Otro
encuentro ocurrió a causa de un dulce, pero eso es otro cuento.
Moraleja,
no invite a nadie que lleve huesos para la casa después de un asado.
El Mirón
de la Calle
Publicado en el Blog El Conventillo 07/09/08 ·
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